

Si bien en otros años el hecho de que no llueva en estos días es una buena noticia, para la recolección de la gruesa, la prolongación de la peor seca de los últimos 60 años en nuestra zona supone perder otro punto importante en un torneo en que no ganamos un solo partido.
Según de donde hablemos, faltan entre 100 y 250 milímetros para encarar la siembra del trigo con esperanzas de una cosecha decente. De no caer esa lluvia en muy corto plazo, debería llover durante el invierno, lo que sería una anomalía.
Las esperanzas estaban cifradas para este fin de semana, tanto el Servicio Meteorológico Nacional como los portales especializados más importantes pronosticaban tormentas para todo el centro del país.

La mala noticia empezó a tomar forma sobre mediados de la semana que pasó cuando los pronósticos comenzaron a cambiar, y para el momento de redactar estas líneas sólo el SMN mantiene la previsión de algunos chaparrones para la tardecita de mañana y la madrugada del lunes.
En definitiva, y según pronostican los especialistas, es difícil que llueva y en caso que lo haga serán algunas gotas, nada que cambie en mucho el duro panorama actual.
La consecuencia, cada vez son más los productores que no piensan sembrar trigo, lo que devendrá en menos trigo para exportar y, lo más preocupante, para los molinos argentinos.
Comentarios