Nuevamente el público apostó por la “muestra del campo argentino” y acompañó la propuesta.
El cambio de viento, si bien por momentos molesto, fue bien recibido por los asistentes que vieron desaparecer la humedad, lo que no es menor ya que redundó en buena visibilidad para el viaje de ida.
Hace tres días que venimos diciendo que el contexto está lejos de ser el mejor, y hoy lo vamos a repetir ya que fue nuestro último día de cobertura. El campo fue capaz de organizar las dos tradicionales muestras nacionales aún en el marco de la peor sequía de las últimas décadas.
Sólo una lluvia apenas satisfactoria para la siembra del trigo fue suficiente para cambiar los ánimos, en un sector que sabe mucho más de producir que de números fríos.
Quedará en estos días analizar las estadísticas de la muestra, y empezar a pensar en la edición que viene, si las lluvias prometidas finalmente se hacen presentes.
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