Es increíble, pero los funcionarios argentinos lograron lo imposible, que los usuarios de las obras publicas los puteen hasta cuando trabajan.
La cosa no es demasiado compleja, al contrario, es bastante simple. Y para muestra sirve un botón; la Autopista Buenos Aires/Cordoba, une los tres conglomerados urbanos más importantes de nuestro país, Buenos Aires, con Rosario y Córdoba. Hoy, sólo en la judisdicción de Armstrong los bomberos de esa ciudad informaban que en el día debieron atender 5 siniestros viales, desde luego no fueron los únicos, también trabajaron bomberos de Cañada en su sector, y en Fúnes hasta debieron convocar al helicóptero sanitario (a USD 7.000 la hora de vuelo. ¡OJO! Cualquier vida justifica la inversión, pero es evitable, siga la nota).
Bueno decíamos, la cosa no es compleja, el problema no es que somos unos bestias a la hora de manejar, realmente prefiero no creer que tenemos tantas ansias de matar a nuestra familia por ganar 20 minutos en tiempo de viaje, el problema, creo, va por otro lado.
El tema me parece va por el lado de la planificación y el mantenimiento, sobre todo, de la obra pública argentina, en serio que me pregunto y repregunto, ¿nadie se para delante de un calendario? ¿Si tenemos el comienzo de las vacaciones próximas, no será mejor espaciar el mantenimiento de calzadas a lo largo del año? ¿No podemos programar un mantenimiento preventivo, pequeñas intervenciones a tiempo, para evitar el colapso de kilómetros y kilómetros de la obra? Es que hace por lo menos 2 años que los usuarios de la Autopista puteamos en sánscrito por obras que deberían desatar ovaciones de pie, realmente hay que hacer un esfuerzo, para que un automovilista piense en mandar a la mierda al tipo que le está arreglando la ruta, pero lo han logrado.
Creo, humildemente, que el problema también pasa por la jungla, si, jungla en la que se transforman esas zonas de obra, ya que no sólo son eternas, y kilométricas, sino que no hay absolutamente ninguna seguridad, entonces, 4x4 mata auto, y motito se mete por donde se le ocurre, total el automovilista paga, o chapista, o pata rota de motociclista, que nada tiene que hacer en una autopista, está prohibido que circulen por autopistas, pero ahí está con su motito.
En fin, y así estamos, filas kilométricas, bomberos que no pueden festejar carnaval, y las santas madres de los funcionarios públicos, de turno las 24 horas del día.
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