Lo dijimos en la cobertura fotográfica que al término de la carrera levantamos en nuestras redes, la hoja de ruta de Renzo Bustamante dice que en las carreras que faltan debe llegar a la meta, conocer a los rivales, los circuitos, y a su propia máquina.
El esfuerzo que implica llegar a ese nivel competitivo es notable y para todos igual, piloto, equipo, y mecánicos.
El viernes la cosa no fue fácil, al tiempo que hizo de las suyas, se sumó el embrague que rebelde malogró el día, exigiendo el box al máximo. Luego, el sábado, clasificó 41º en la general, pero, en la serie otra vez el bendito embrague aparecería para complicar las cosas.
El domingo fue un tema aparte; una largada compleja, si otra vez el embrague que se mantuvo todo el fin de semana indomable, al igual que la pista, la lluvia hizo barro que llegó a las banquinas, consecuentemente no pocos pilotos terminaron en el pasto esperando que los sacaran. Renzo no estuvo entre ellos, de hecho, después de la largada logró avanzar, mantenerse en carrera, y terminar la competencia.
En definitiva, lo dicho; llegó, corrió, y terminó. No poca cosa en una categoría en la que se está acomodando, haciendo experiencia, y que es una de las más competitivas de nuestro país.
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